lunes, 1 de octubre de 2012


REFLEXIONES GENÉRICAS SOBRE EL PGOU Y ESPECÍFICAS SOBRE LA PERSPECTIVA DE GÉNERO

Belén Butragueño Díaz-Guerra


El documento del Preavance del PGOUM debe entenderse como una declaración de intenciones o una enumeración de objetivos prioritarios y por ello no nos facilita información detallada sobre la práctica ejecutoria del mismo, que es la que en definitiva tiene una incidencia directa en el modelo de ciudad que se plantea.

En relación a los objetivos que plantea, parece difícil discrepar de los términos generales y los puntos de partida: el planeamiento como un proceso continuo, como un instrumento flexible y evaluable y en pos de la sostenibilidad.

Sin embargo, desde mi punto de vista, en el momento que desarrollan dichos objetivos, aparece un modelo continuista, generalista y muy conservador en relación con el PGOU de 1997.

Existe un hecho claro e irrefutable que es el siguiente: la grave crisis económica y en especial edificatoria que venimos arrastrando desde 2008 no ha permitido el desarrollo del Plan 97 como se había esperado. Por una parte el centro de la ciudad se vacía de manera progresiva, aparecen vacíos que requieren intervenciones mucho más flexibles no contempladas en la normativa. Por otra parte, el extrarradio se está convirtiendo en una serie de desarrollos no consolidados, con carencias dotacionales, sin identidad ninguna. La pérdida identitaria es un problema que acaba generando otros muchos en el largo plazo.

El crecimiento de las ciudades ya no puede plantearse de manera expansiva sino intensiva. Se requiere de un instrumento mucho más flexible y adaptado a las circunstancias tan específicas que estamos sufriendo. A su vez, no puede ser corto de miras, ya que es fundamental considerar el planeamiento urbano como un instrumento de creación de un modelo de ciudad definido no solo a 10 años vista, sino a 100 años vista.

Volviendo al Preavance, en múltiples ocasiones los objetivos que plantea chocan frontalmente con las políticas que se vienen desarrollando en el ámbito de la Comunidad de Madrid. Como ejemplo podemos mencionar los siguientes casos:

a)      Se habla de promover la movilidad y fomentar un modelo eficiente de ciudad que consolide los barrios y el entorno próximo del habitante. Sin embargo, se declara toda la Comunidad como “área única escolar”, con el consecuente efecto negativo que este hecho va a tener sobre el transporte urbano y la consolidación de la vida de barrio (el estudiante no siente arraigo en su entorno próximo porque sus compañeros están diseminados por el territorio).

b)      Se plantea “regenerar las áreas vulnerables” y “favorecer la integración de colectivos de inmigrantes extranjeros” y sin embargo se vuelven a dejar sin solución real zonas de asentamientos marginales o en precario como la Cañada Real Galiana o el llamado Gallinero, eliminando la protección de la “Cañada” y remitiendo a la desafección llevada a cabo por la ley2/2011 sin solventar el problema real a nivel humano.

En materia de cohesión social, vuelve a suceder que los objetivos prioritarios son interesantes y totalmente suscribibles: reequilibrar territorialmente las dotaciones, contribuir a resolver el problema del acceso a la vivienda, regenerar las áreas vulnerables, integración de la perspectiva de género en la planificación, desarrollo del modelo de participación ciudadana, etc. 

Sin embargo, cuando se procede a definir por ejemplo, las tipologías dotacionales, se remite al plan anterior y se vuelve a utilizar un sistema excesivamente categorizado y nada flexible. El espacio urbano requiere de nuevas soluciones, imaginativas y valientes, que no se basen necesariamente en lo perdurable y que atiendan a las necesidades reales de los habitantes.

Por último, y ahondando en el tema de la flexibilidad, dentro de la documentación facilitada por la Comunidad de Madrid, existe una Revisión del PG de 1997 desde la perspectiva de género que presenta propuestas muy interesantes que a nuestro entender deberían ser recogidas por este nuevo PGOU:

-          Entendimiento de la ciudad de Madrid dentro de una trama de ciudades globales.
-          Promover una ciudad que busque un equilibrio entre la vida pública y la privada, que asuma el cambio social y luche contra la segregación espacial, que responda al desarrollo económico sostenible, etc.
-          Poner el acento en la regeneración urbana, en la promoción de la vida de barrio, en la mezcla tipológica y sociológica, en la aparición de nuevas fórmulas de vivienda adaptadas a las nuevas fórmulas familiares y a las distintas situaciones vitales y económicas.
-          Incidir en los nuevos modelos de relación con la ciudadanía, que superen la mera “legalidad” y se basen en la participación ciudadana, en la colaboración activa de los habitantes para la regeneración de la ciudad, en el interés colectivo, en políticas “con la gente y no solo “para” la gente.

Sería fundamental que tanto los estudios que se están elaborando, como las mesas participativas tuvieran un efecto real en el desarrollo del plan y no se convirtieran en un mero trámite de obligado cumplimiento.



Belén Butragueño Díaz-Guerra


FLEXIBILIDAD, PROCESO PARTICIPATIVO, PROCESO EVOLUTIVO, REGENERACIÓN URBANA, CRISIS, CRECIMIENTO INTENSIVO


No hay comentarios:

Publicar un comentario