Lo
que Madrid tiene planificado en su arco SurEste, Metropolitano, tiene dimensión
de CIUDAD, es, por tamaño, escala,
dimensiones, emplazamiento, y plazos, una Nueva Ciudad, de la constelación
metropolitana, y no de las menores. Con menos se hizo Tres Cantos, 38 km2. El
tamaño no es el de unidades de ejecución, ni el de varios sectores, ni barrios,
ni distritos, el tamaño es de Ciudad,
CIUDAD, de varios distritos. Su gobernanza, sin embargo, esta siendo la de las unidades
de ejecución.
Es imposible exagerar la magnitud
territorial de los 50 km2 de los
desarrollos del SurEste, en un municipio con Distritos urbanos entre 5 y 10
km2, un conjunto de 7 distritos de la “almendra central” con menos de 42 km2
totales, 130 de los 177 municipios autonómicos con superficies inferiores a 50
km2, y en un Estado donde 5.160, de los 8.116 municipios, tiene superficies
inferiores a 50 km2, siendo la media nacional de poco más de 62 km2.
Los beneficios de disponer de una
estrategia y reserva de ocupación territorial, a largo, o muy plazo, superior a
25 años, no pueden, precisamente,
dar paso a la producción urbanizadora, atropellada, que exceda desmesuradamente
de necesidades, demandas, capacidades y recursos, desordenada, desestructurada,
desconcentrada, sin gobernanza, y dispersa en un territorio de esta magnitud.
Vencidos
en 2009, los tres cuatrienios en 1997 previstos, la larga parada obligada, fruto
maduro de los excesos inmobiliarios, permite RESCATAR este territorio, de su
consumo irreflexivo más atropellado, a su auténtica vocación estratégica, en el
muy largo plazo. Es tiempo de ponerla en perspectiva y dimensión, recuperando
su auténtica escala, la gobernanza que la misma requiere, y su proyección en el
muy largo plazo, con todas sus verdaderas oportunidades, sin alimentar un
hundimiento inmobiliario y financiero, aún mayor, si cabe.
Entre
las muy sustanciosas misiones y tareas de las insustituibles, Juntas de
Compensación, ni aún perfectamente coordinadas, no se encuentra las de crear
ciudades, ni la de gobernar ciudades, o metrópolis, ni siquiera distritos o
barrios. El gobierno municipal no puede continuar haciendo semejante dejación
sobre un territorio en urbanización, de tan impresionantes magnitudes y
consecuencias.
Madrid
Capital, tiene, por su escala y dimensión, contenidos y responsabilidades
metropolitanos. La recurrente queja a la carencia de directrices o gobernanza
regional o metropolitana, se desvela excusa, que deja en entredicho, en la
inacción, en las materias y contenidos metropolitanos de su jurisdicción.
Las
decisiones urbanísticas que el Madrid Municipio adopta tienen trascendencia
metropolitana.
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